Lectura

1er CUENTO DE LA MARIPOSA Y LA ROCA


La Mosca y la Abeja

Y Hassán habló de esta manera:
_ ¡Mis amigos y hermanos, así comienza el Cuento de la Mariposa y la Roca!
La Mariposa
Comenzaba la mañana cuando una Mariposa se posó sobre una Roca.
_ ¿Qué es la felicidad? –Preguntó la Roca a la Mariposa–.
Después de estarse quieta lo suficiente, agitando levemente sus alas, la Mariposa levantó vuelo y se fue del lado de la Roca.
La Mosca
Al cabo de unos minutos llegó junto a la Roca una agotada Mosca que venía desde muy lejos:
_ ¿Qué es la felicidad? –Preguntó la Roca–
La Mosca dio una enorme risotada y al momento de recuperar su aliento habló con vivacidad y bullicio:
_ ¡Una de mis parientas siempre comía del plato de un rey!...
_ ¡¿Era muy querida?! –Observó la Roca–
_ ¡No, ingenua amiga, era muy hábil! ¡No podían atraparla! ¡Qué digo atraparla, corrían detrás con todo lo que tuvieran a su alcance para matarla! –Explicó la Mosca–  
_ ¿Y qué pasó con ella?
_ ¡Yo también quisiera saberlo! ¡Después que probó de la mismísima copa del rey una bebida llamada vino en una fiesta de la corte no se supo más de ella! ¡Aseguran que en un momento de la celebración alguien la escuchó gritar alborotada diciendo: me voy al paraíso y desapareció!
_ ¿Se murió? ¿El rey la atrapó? ¿La mataron?
_ ¡Según lo que dijo la Mosca que la escuchó gritar, mi parienta se fue a vivir al sitio en donde nace el vino!
_ ¿En dónde nace el vino?
_ ¡Algunos le dan el nombre de lagar a ese asunto, en cambio otros, como mi parienta, le llaman paraíso, allí es donde la uva se transforma en esa rara bebida que entusiasma a los afligidos y hace llorar a los contentos! ¡Pero me preguntaste qué es la felicidad!
_ ¡Sí! ¿Qué es?
_ ¡Felicidad es lo que recién te conté dándote como ejemplo el de mi parienta!  
_ ¡No logro entender lo que me contaste! – Dijo la Roca con franqueza–  
_ ¡La primera parte de la felicidad, es sentirse libres! ¡Es hacer lo que a uno le plazca pero sin perjudicar a nadie! ¡Mi parienta hizo exactamente lo que quiso! ¡Las moscas hacemos siempre lo que queremos porque nos sentimos libres! ¡Ahora espero que mi parienta no se esté perjudicando a ella misma por creer erróneamente en que todo lo que hacemos es lo correcto! ¿Estás entendiendo?  
_ ¡Sí! ¡La primera parte es sentirse libres! – Respondió la Roca–  
_ ¡Exacto! ¡Luego tienes la gratitud y la humildad como ingredientes infaltables para la gran felicidad! ¡Y las Moscas sí que sabemos de eso!   
_ ¿Por qué lo dices?
_ ¡Porque a las Moscas se nos dio una abundancia de provisiones y una inmunidad a las enfermedades que son formidables! ¡Y por eso nuestra gratitud es tal que no solo hablamos sino que lo retribuimos con obras, es decir devolviendo al mundo lo que el Creador nos da de él! ¿Y qué hacemos al respecto?... ¡Somos limpiadoras de la tierra! ¡Transformamos en abono a las plantas muertas y destruimos substancias perjudiciales de la carne putrefacta acelerando su descomposición! ¡Desintegramos los excrementos! ¡Ayudamos a la polinización! ¡Devoramos ácaros e incluso a muchas plantas que perjudican los cultivos de los humanos! ¡Y a pesar de ello, los humanos nos detestan! ¡Por favor! ¡Y como si esto fuera poco, también somos un nutritivo alimento para muchas especies!... ¡Así es nuestra gratitud! ¡Y nuestra humildad está bien ganada porque una Mosca se sirve de cualquier bandeja! ¡Para nosotras no hay ricos o pobres! ¡Ni reyes ni mandaderos! ¡Y conocemos el secreto que otros desconocen, que en el lecho de muerte somos todos iguales!... ¡En condición y en sabor! –La Mosca mientras hablaba se higienizaba sus llamativos ojos con las patas delanteras y después refregaba sus dos alas con las patas traseras–… ¡El problema es que oí por ahí que nosotras somos detestables porque transmitimos enfermedades! ¡Y esa es una gran infamia divulgada por los humanos! ¡Fíjate que dije infamia y no mentira! ¡Porque todos los seres vivos transmitimos enfermedades! ¡Sin ir más lejos, los humanos que ni siquiera conocen nuestras bondades transmiten las peores enfermedades!...
_ ¡Se me ocurrió una cosa! –Dijo la Roca–
_ ¿Cuál cosa? –Preguntó la Mosca–
_ ¡Cómo cambiaría todo si el mundo fuera humilde y agradecido siguiendo el ejemplo de las Moscas!
_ ¡Claro que sí! –Exclamó la Mosca y siguió hablando a los gritos– ¡Y hay más! ¡Yo he dejado mis excrementos sobre las coronas de varios reyes despreciables! ¡Y tú no sabes el placer que me da hacer eso!
_ ¿Es bueno el placer?
_ ¡Sí, por supuesto! ¡El placer es también parte de la felicidad! …¡Desde luego que hay placeres más saludables que el mío!...
_ ¡Mi amada amiga y hermana, siento consuelo al saber que eres feliz! –Agregó la Roca–
_ ¡Que un amigo sienta consuelo al ver feliz al otro forma parte de la felicidad de ambos! – Manifestó la Mosca–
Y he aquí que la Roca cambió su humor para volver a la misma afectación que padecía al momento de aparecer la Mosca y dijo:
_ ¡Por supuesto que tienes razón con lo que dices, sin embargo, yo sigo triste!
Hubo un instante de silencio, de abstracción y de contemplación. Una circunstancia que es habitual en las conversaciones profundas que se dan entre amigos. Hasta que la Mosca volvió a hablar y dijo después de observar una y mil veces a la Roca:
_ ¡De veras que estás triste!
_ ¡Hace mucho que no sonrío como lo hacemos las Rocas!
_ ¡No te desalientes que ya volverás a hacerlo! –Animó la Mosca a la Roca–  
_ ¿Por qué estás tan convencida? – Preguntó finalmente la Roca–
_ ¡Porque todos mis amigos vuelven a sonreír!... ¡Además, una cosa es no poder lanzar una carcajada por estar tristes, eso tiene solución! ¡Pero otra cosa diferente es no hacerlo por ser amargados y resentidos, como muchos humanos que conocí; y créeme que eso sí no tiene ninguna solución!... ¡Si tuvieras cosquillas sería más fácil!... –Concluyó la Mosca–
_ ¿Qué son las cosquillas? –Preguntó la Roca–
_Son… –la Mosca al no saber cómo explicar a una Roca lo que son las cosquillas continuó hablando–: ¡No importa lo que son las cosquillas! ¡En lo que no debes caer nunca es en la envidia!
_ ¿Qué es la envidia?
_ ¡Ya te dije que los humanos transmiten las peores enfermedades! ¡La envidia es una de ellas, no sé si la peor!  
_ ¿Los humanos envidian?
_ ¡Sí! ¡Esos cicateros envidian!  
_ Pero ¿Qué es la envidia?
_ ¡La envidia es querer que a alguien no le vaya bien! ¡Es desear lo que tienen los demás! ¡Es sufrir cuando a otros les pasan cosas mejores! ¡Es admirar falsamente la felicidad ajena! _ ¿Envidiar es desear lo que tienen los demás? –Preguntó la Roca–…  
_ ¡Así es! –Respondió la Mosca–
La Roca quedó perpleja ante la afirmación de la Mosca y dijo:
_ ¡Encontré el motivo de mi tristeza! ¡Yo aprendí de los humanos a envidiar!  
_ ¡Eso no es cierto! –Aseguró la Mosca–
_ ¡Pero si yo que soy inmóvil y quiero andar con mis amigos! acaso ¿No es envidiarlos? ¿No estoy deseando lo que ustedes tienen o pueden hacer y yo no?
_ ¡Tú, mi amada amiga y hermana mineral, tú solo estás triste! ¡Y si quieres el motivo de tu aflicción, te lo daré, a ti te moviliza tu bondad! ¡Lo que más quisieras es acompañarnos para protegernos de los peligros y socorrernos pero te entristece el hecho de no poder hacerlo!... ¡Me preguntaste acerca de la felicidad! ¡Mejor pregunta si qué es la tristeza y así entenderás tu felicidad!
_ ¿Qué es la tristeza?
_ ¡Como la lluvia que viene muy de vez en cuando al desierto a limpiar tu polvorienta piel y hacer que broten arbustos a tu alrededor, así es la tristeza que con sus lágrimas llega para limpiar los corazones y para hacer que brote la alegría después! ¡La utilidad de tu tristeza es la de enseñarte el valor justo de tu felicidad!
_ ¿No es mala la tristeza?
_ ¡Todo depende de la actitud que tomemos frente a ella! ¡Conocí humanos que aprovechan la tristeza para componer música o poesía, siendo la satisfacción de quienes los escuchan después lo que los devuelve a su propia felicidad! ¿Comprendes? ¡La tristeza es como la estación del frío, nos repliega, nada más!
_ ¿Nos repliega hacia nosotros mismos, hasta nuestras profundidades?
_ ¡Así es! ¡Todos los yo y los tenemos felicidad y cuando la perdemos, es la tristeza la que nos empuja a nuestras profundidades para que reencontremos la felicidad perdida que allí perdura! –Cada tanto la Mosca caminaba pequeñas distancias por la superficie de la roca buscando con sus patas algún sabor agradable sin dejar nunca ni de hablar, ni de higienizarse–… ¡Y sabe que al ser breve mi vida, yo sé de la felicidad del minuto y de sus fracciones, lo que tú no alcanzas a entender! Pero ¿Qué es la felicidad de los años, de los siglos, de los milenios? ¡Yo no tengo ni la menor idea, sin embargo, tú conoces todo eso!
_ ¿Lo que es bueno para mí para ti es malo? –Preguntó la Roca–
_ ¡No! –Enfatizó la Mosca– ¡Lo bueno que te hace feliz a ti es un misterio para mí y al revés! ¡Toma por ejemplo la felicidad de los humanos, ellos son felices matando Moscas!
_ ¡Qué extraña es la felicidad para ellos! – Reflexionó la Roca–
_ ¡Ya lo creo! –Rió la Mosca irónicamente y agregó– ¡Mejor escucha lo que hablamos ayer con una Abeja!...

...CONTINÚA...



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